Guía práctica para comenzar a producir alimentos agroecológicos de forma sustentable. Toda la información que necesitás para convertirte en un agricultor urbano.
Las huertas urbanas se convirtieron en una tendencia mundial en ascenso impulsada por las nuevas corrientes de consumo responsable. Cada vez más personas se animan a dar el paso y producir sus propios alimentos en búsqueda de una mejor calidad nutricional, ahorro económico y hasta quizás una salida laboral.
Tomar la decisión de cultivar en el jardín, balcón, patio o terraza de casa no es difícil si se consideran los beneficios, que son muchos. Y aunque el aspecto económico es una de las principales ventajas destacadas por quienes ya tienen su huerta hogareña, su mayor atractivo radica en el sabor. Las verduras, hortalizas y especias cultivadas con tus manos tienen una característica única, producto del cuidado durante los meses que lleva su desarrollo. Mientras que, desde el punto de vista nutricional, son mucho más saludables que cualquier compra en el supermercado.
“Cuando nos iniciamos en elcultivo de nuestros alimentos, rápidamente reconocemos una posibilidad inexplorada en nosotros, somos capaces de cultivar y producir los alimentos que nos gustan en el patio de nuestras casas. Estos por ser agroecológicos resultan sanos y más sabrosos y podemos experimentar con una gran variedad antes desconocida. Esto despierta un rápido y gran interés en niños, jóvenes y adultos“, explica Sebastián Belloni Biaiñ, agricultor y militante social, cuyo trabajo en el proyecto de Huertas Comunitarias del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) ayudó a que cientos de familias tandilenses pudieran cultivar sus propios alimentos.
“Tener una huerta agroecológica en casa nos permite generar nuevos vínculos para el desarrollo de las personas, a través del reconocimiento de la biodiversidad que nos rodea y nos habita”, afirma el agricultor
¿Por dónde empezar?
El primer aspecto a considerar es el espacio que el huerto va a ocupar. Debe ser un lugar soleado, que cuente con luz natural el máximo de horas al día (no hace falta que sea directa). Una terraza, un balcón, un patio o una ventana son sectores apropiados para empezar a cultivar.
En función del espacio disponible se pueden montar diferentes tipos de huerto: horizontal o vertical. El primero es el más tradicional, mientras que el segundo se distribuye en varios niveles que, además de ahorrar espacio, permite trabajar con mayor comodidad, de forma más limpia y organizada.
Si van a optar por utilizar macetas hay que tener en cuenta dos factores: el tamaño y la profundidad..
De acuerdo al espacio elegido para la huerta habrá que seleccionar entre los distintos tipos de contenedores. Las macetas que tienen entre 7 y 15 cm. de profundidad, por ejemplo, son ideales para plantar frutas y verduras cuyas raíces no requieren mucho volumen si se les brinda suficiente agua y nutrientes.
En lo que respecta al material, es recomendable hacerse de macetas de barro, porque aunque son más pesadas, son mejores que las de plástico, ya que respetan la temperatura de la tierra.
En cambio si desean utilizar jardineras o mesas de cultivo – son más costosas- será más fácil adaptarse al espacio y trabajar de manera más cómoda. Las que son de madera ofrecen mejores resultados por su capacidad aislante del sustrato frente al calor o el frío exterior.
En el caso de que prefieran desarrollar un huerto vertical, los recipientes textiles son los indicados.
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